martes, 24 de noviembre de 2009

Más oxígeno...


Oxígeno en versión original de José Antonio Griñán es sinónimo de recursos financieros suficientes que los bancos deben aportar para poner fin al período de asfixia que vienen soportando las pymes. Esta llamada es un clamor y satisface ver cómo hace suyo este malestar quien desempeña la máxima responsabilidad política de mi comunidad. Creo que a todos nos debe interesar cómo salir pronto de la crisis y a la velocidad que nos permita seguir hablando de convergencia. La receta del presidente andaluz pone el acento en la acción política para lograr el equilibrio entre Estado y mercado en un marco de concertación trilateral gobierno-empresas-sindicatos. Un escenario que ya es realidad en Andalucía donde hoy se ha alcanzado con la firma del VII Acuerdo de Concertación, que incluye 350 medidas y que movilizará 19.000 millones de euros en los próximos cuatro años. Se trata pues de una herramienta de gran utilidad en la que la Adiministración pública -estado- arrastra inversiónes del sector privado -mercado-, con criterios de progresión social avalados por los representantes de los trabajadores. Es una excelente noticia que abre puertas para la recomposición del Acuerdo de Diálogo Social en España, roto este pasado verano. La firma del acuerdo de concertación andaluz justifica el optimismo de Griñán, pero también alienta esperanzas en la reedición de un nuevo acuerdo en el Estado, aunque ya no pueda realizarse sobre las mismas bases del anterior. Por elemental sentido de la responsabilidad el sector bancario debe dar respuesta a este reto y dar por terminada la tendencia a la baja de la evolución de los préstamos, sobre todo porque evolución de los depósitos no sufrió demasiadas tensiones y ello gracias a la extensión de las garantías públicas. Más oxígeno...


lunes, 9 de noviembre de 2009

Los gobiernos, las empresas y el conocimiento


Juntos para salir reforzados de la crisis.

Desde que la crisis es CRISIS los responsables políticos, los que emplean su tiempo en impulsar medidas, no dudan de que el conocimiento, la ciencia y la innovación van a contribuir poderosamente a la recuperación económica y al desarrollo social del país. Y si no es por este camino no habrá verdadera recuperación, toda vez que que el centro de gravedad económica internacional se desplaza hacia Oriente y hasta los estudios de la Comisión Europea predicen un panorama muy competitivo en el horizonte de 2025. "Estamos en un momento vibrante, con transformaciones radicales que modificarán las relaciones entre territorios, así como la forma de hacer negocios". La ministra de Ciencia e Innovación va desgranando éstos y otros argumentos por los lugares donde pasa, que son bastantes a juzgar por el eco de sus frecuentes apariciones públicas. En casi todos consigue poner de relieve la importancia del eje de la innovación que constituyen los gobiernos, las empresas y el conocimiento. En Málaga, Garmendia ha reconocido la oportunidad que brinda esta alianza ante el selecto club que se autodenomina "Málaga Valley", un foro de debate que cuenta con brillantes cabezas del sector de las TICs y que tiene ante sus narices una realidad impactante como la que representa el Parque Tecnológico de Andalucía, el PTA, y su alto nivel de inversión pública. El Gobierno de España ha invertido 118 millones de euros en estos últimos cinco años. Y se propone invertir más en 2010: el programa de Parques Tecnológicos y Científicos consigue record histórico con 442 millones de euros, de los que un tercio tienen por destino Andalucía. Un magnífico ejemplo a seguir desde las empresas que forman parte del club.
Y es que el gasto público en I+D+i de España se ha triplicado en este mismo período colocando a nuestro país por encima de la media de inversión-PIB de la OCDE. Pero no es suficiente con tener 11.000 empresas innovadoras que hacen uso de los fondos de financiación. Un país que ha conseguido colocarse en el noveno puesto de la producción científica en el mundo necesita ampliar el número de empresas innovadoras y seguir incrementado la apuesta privada a la I+D+i. Crecemos al 15% anual, Andalucía lo hace al 30%. Hay que mantener el ritmo porque sólo así obtendremos la convergencia. Ese es el camino.


La apuesta por el eje que forman los gobiernos, las empresas y el conocimiento es vital. Los gobiernos central, autonómico y local juegan un papel clave como tendremos ocasión de comprobar en el desarrollo de la próxima Ley de Economía Sostenible o en la ejecución de la nueva edición del Plan Zapatero dedicado al empleo y la sostenibilidad social, económica y ambiental. Las empresas también han entendido el mensaje y hoy sabemos que se han intensificado, hasta multiplicarse por tres, las peticiones de ayuda para empresas de base tecnológica. Pero esto no funciona si no conseguimos elevar nuestra capacidad de transferencia del conocimiento. Universidades como la de Málaga se afanan en esta tarea, a pesar de la dificultad que encierra esta aproximación de la ciencia a la empresa -léanse recelos-. Y tiene al servicio de unos y de otros instalaciones señeras como un edificio dedicado a la Bioinnovación donde reside uno de los supercomputadores que forma parte de la Red Española de Supercomputación, en la que están integradas sólo siete ciudades españolas.
El periplo malagueño de la ministra de Ciencia e Innovación se cerró en casa, es decir en Mijas. Acompañada del Consejero de Innovación de la Junta, Martín Soler, mantuvo un encuentro con empresarios de a pie. Empresas vinculadas a los programas de incentivos a través del CADE (Centro de Apoyo al Desarrollo Empresarial de la Costa del Sol) y otras como Badennova que ha desarrollado recientemente un producto innovador para evitar que nuestros coches salten por las calles a pesar de respetar los límites de velocidad.
El invento de la concertación de fuerzas se pone a prueba en este momento crítico que atravesamos. Los emprendedores conocen mejor que nadie las señales que apuntan en la buena dirección. Son ocasiones inmejorables para transformar las amenazas en oportunidad. Otros, entre tanto, se frotan las manos contando parados.