
Hacia un nuevo modelo de contratación de los investigadores en formación.
...Y bien encaminados hacia un nuevo modelo de carrera investigadora que regule su desarrollo profesional. No sólo un nuevo modelo de formación para jóvenes investigadores, sino una nueva estructuración de toda la carrera investigadora acorde con la Carta Europea del Investigador y que pronto será realidad en la nueva Ley de la Ciencia y la Tecnología que ha anunciado el presidente del Gobierno.
El Congreso de los Diputados, esta vez con el respaldo de todos los grupos parlamentarios, ha aprobado una proposición no de ley que insta al Gobierno a contemplar en la redacción de la futura ley de la Ciencia y la Tecnología la definición y regulación contractual de las etapas iniciales de la carrera investigadora. Con especial incidencia en la etapa de formación predoctoraly con el fin de adecuar la legislación laboral a la estructura de titulaciones universitarias derivada de nuestra adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior.
He tenido la oportunidad de defender la posición de mi grupo en la Comisión de Ciencia e Innovación. Valoro la disposición favorable de todos los portavoces que aceptaron nuestra propuesta de transacción casi en su integridad. De este modo, manifestamos el sentir unánime de la Cámara para impulsar los contratos laborales, la evaluación continua y la mejora de la protección social para el personal investigador en formación. Hoy podemos decir, sin temor a equivocarnos, que el fin de la investigación precaria está más cerca. Porque no se trata de una iniciativa aislada, sino de un paso más en la buena dirección que marcó aquella iniciativa del Parlamento de Andalucía que el Congreso tomó en consideración allá por el mes de septiembre de 2008: una Proposición de Ley sobre contratación de los investigadores en formación y la mejora de su protección social. Pero si alguien piensa que hemos esperado hasta 2008 para dar respuesta a esta demanda tengo que decirle que se equivoca. ¿Por qué?
Porque no partimos de la nada. Porque dimos un gran paso en la pasada legislatura cuando el Gobierno aprobó el Real Decreto 63/2006 el Estatuto del Personal Investigador en Formación, el EPIF, según el modelo 2+2. Una herramienta jurídica que supuso un gran avance sobre la situación precedente, que mejoró sustancialmente la figura del becario al que extendimos durante los dos primeros años los beneficios de la Seguridad Social, asimilándoles a trabajadores por cuenta ajena, y que supuso, además, la consolidación de la figura de personal investigador en formación "en fase de contrato", durante dos años, en los que disfruta ya de los derechos de carácter laboral y los relativos a los de seguridad social. Unas medidas que supusieron un coste de 25 millones de euros y que fueron el resultado del cumplimiento de un compromiso electoral.Ahora ha llegado el momento de dar un paso más para acabar definitivamente con la posibilidad de una utilización fraudulenta del trabajo del becario, las falsas becas en las que el becario desarrolla un auténtico trabajo por cuenta ajena. Aprovecharemos la posibilidad que nos abre la Proposición de Ley que llegó del Parlamento de Andalucía, y de la que formaré parte como ponente durante las próximas semanas, para cerrar un gran acuerdo que permita culminar con éxito el camino iniciado. Un acuerdo que facilite la consolidación de una política de contratos laborales para el personal investigador que redunde en la mejora de la protección social de los investigadores predoctorales y en un reconocimiento social y laboral más justo. Y que entonces podamos decir junto a la Federación de Jóvenes Investigadores eso de que "otra investigación ya es posible".
El Congreso de los Diputados, esta vez con el respaldo de todos los grupos parlamentarios, ha aprobado una proposición no de ley que insta al Gobierno a contemplar en la redacción de la futura ley de la Ciencia y la Tecnología la definición y regulación contractual de las etapas iniciales de la carrera investigadora. Con especial incidencia en la etapa de formación predoctoraly con el fin de adecuar la legislación laboral a la estructura de titulaciones universitarias derivada de nuestra adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior.
He tenido la oportunidad de defender la posición de mi grupo en la Comisión de Ciencia e Innovación. Valoro la disposición favorable de todos los portavoces que aceptaron nuestra propuesta de transacción casi en su integridad. De este modo, manifestamos el sentir unánime de la Cámara para impulsar los contratos laborales, la evaluación continua y la mejora de la protección social para el personal investigador en formación. Hoy podemos decir, sin temor a equivocarnos, que el fin de la investigación precaria está más cerca. Porque no se trata de una iniciativa aislada, sino de un paso más en la buena dirección que marcó aquella iniciativa del Parlamento de Andalucía que el Congreso tomó en consideración allá por el mes de septiembre de 2008: una Proposición de Ley sobre contratación de los investigadores en formación y la mejora de su protección social. Pero si alguien piensa que hemos esperado hasta 2008 para dar respuesta a esta demanda tengo que decirle que se equivoca. ¿Por qué?
Porque no partimos de la nada. Porque dimos un gran paso en la pasada legislatura cuando el Gobierno aprobó el Real Decreto 63/2006 el Estatuto del Personal Investigador en Formación, el EPIF, según el modelo 2+2. Una herramienta jurídica que supuso un gran avance sobre la situación precedente, que mejoró sustancialmente la figura del becario al que extendimos durante los dos primeros años los beneficios de la Seguridad Social, asimilándoles a trabajadores por cuenta ajena, y que supuso, además, la consolidación de la figura de personal investigador en formación "en fase de contrato", durante dos años, en los que disfruta ya de los derechos de carácter laboral y los relativos a los de seguridad social. Unas medidas que supusieron un coste de 25 millones de euros y que fueron el resultado del cumplimiento de un compromiso electoral.Ahora ha llegado el momento de dar un paso más para acabar definitivamente con la posibilidad de una utilización fraudulenta del trabajo del becario, las falsas becas en las que el becario desarrolla un auténtico trabajo por cuenta ajena. Aprovecharemos la posibilidad que nos abre la Proposición de Ley que llegó del Parlamento de Andalucía, y de la que formaré parte como ponente durante las próximas semanas, para cerrar un gran acuerdo que permita culminar con éxito el camino iniciado. Un acuerdo que facilite la consolidación de una política de contratos laborales para el personal investigador que redunde en la mejora de la protección social de los investigadores predoctorales y en un reconocimiento social y laboral más justo. Y que entonces podamos decir junto a la Federación de Jóvenes Investigadores eso de que "otra investigación ya es posible".