miércoles, 13 de mayo de 2009

En Europa: lo primero, las personas.


En España: el empleo.

Cuando todavía no se ha apagado el calor generado por el debate del estado de la nación hemos recibido en el Congreso la visita del secretario general de la UGT. Cándido Méndez comparece ante la Comisión del Pacto de Toledo el día previo a la celebración de la Euromanifestación convocada en Madrid por la Confederación Europea de Sindicatos bajo el lema "lo primero, el empleo". No vino a exponer el estado de la nación, porque ya lo hicieron los portavoces de los grupos parlamentarios y el presidente Zapatero, sino a realizar un excelente diagnóstico del estado del mercado laboral en España, sobre el sistema de pensiones y la necesidad de preservarlo y mejorarlo. Y vino a animar a los representantes políticos a profundizar en el espíritu del Pacto de Toledo, que no es otro que el del consenso social y político. Ese consenso que impregnó el Acuerdo para el Diálogo Social que tantos buenos frutos dio en la pasada legislatura: la Ley de Igualdad, la de Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia, la mejora de las pensiones mínimas y la del salario mínimo, entre otras. Ese consenso que tanto echamos en falta en el debate político porque se quiere aprovechar las dificultades económicas por las que atravesamos para intentar derribar al gobierno. Al precio que sea necesario. Lo hemos visto y lo estamos padeciendo. A los diputados y diputadas socialistas se nos ha acusado incluso de no saber leer, cuando en realidad lo que tenemos son diferentes lecturas sobre la crisis económica. La lectura de un gobierno que le ha plantado cara a quienes no les importaría cargar los costes sobre los trabajadores recortándoles derechos y la de una derecha que amenaza con una reforma laboral que implica, entre otras cosas, el abaratamiento del despido. La lectura de la izquierda que entiende la crisis como una oportunidad para cambiar el modelo productivo de España y la de una derecha que utiliza la crisis como una ocasión para arañar un puñado de votos explotando los sentimientos de los miles de españoles que han perdido su empleo. Y ¿qué relación hay entre el empleo y el modelo productivo?

Es evidente que nuestro ritmo de destrucción de empleo está siendo más elevado por la propia estructura del sistema basado más en sectores tradicionales y especialmente la construcción. El crecimiento del paro en España está más ligado a ese modelo productivo del empleo barato, precario, poco cualificado y de escaso valor añadido que a la existencia de una legislación laboral que protege los derechos de los trabajadores. Por eso tiene mucho valor que el presidente Zapatero haya propuesto medidas orientadas hacia un nuevo modelo de crecimiento económico sostenible a la vez que ha reforzado las que ya se vienen tomando para frenar la pérdida del empleo. Ante la Comisión del Pacto de Toledo, Cándido Méndez ha ido hoy un poco más lejos al relacionar el sistema de la Seguridad Social española con el cambio del modelo productivo, puesto que un empleo de más valor añadido, mejor pagado, va a poder cotizar a las arcas públicas en mayor proporción. El líder de la UGT ha advertido del riesgo de debilitamiento de las pensiones públicas que subyace en quienes apuestan por un sistema de pensiones complementarias privadas pues estamos viendo la injusticia que está significando en esta coyuntura de crisis dejar la protección de los pensionistas sometida a los vaivenes de los mercados financieros. Las pensiones privadas de la zona OCDE registraron un pérdida real cercana al 20% de su capital en la zona OCDE entre enero y octubre de 2008. Y en América Latina, la crisis financiera se ha llevado en un año el ahorro de seis años de los fondos. Estas y otras razones contribuyen a que realicemos un esfuerzo por aclarar las fuentes públicas de financiación de la Seguridad Social, de manera que construyamos un sistema más sólido aún. Y una llamada al esfuerzo para huir del coyunturalismo: la situación es difícil pero sabemos que pasará.

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