domingo, 13 de junio de 2010

Cuarto y mitad de reforma laboral


Los hombres libres son los que pueden responder a los problemas que se encuentran como seres responsables (Mounier en El Personalismo). Y en eso estamos ahora, en un ejercicio de libertad y responsabilidad colectiva. La responsabilidad que requiere abordar las reformas para corregir los desequilibrios estructurales del pasado que se han agudizado en la última década. Unas reformas que el presidente Rodríguez Zapatero anunció en el Congreso en su comparecencia de diciembre pasado: ley de economía sostenible, reformas económicas (Zurbano), reducción del déficit, reforma laboral, reforma del sistema financiero y, también, del sistema de pensiones. Toda una hoja de ruta para responder a una coyuntura adversa, por supuesto que sí; pero también un programa de reformas estructurales para poner unas sólidas bases a nuestro nuevo patrón productivo. Responsabilidad y libertad. Libertad de acción del gobierno para tomar decisiones que respondan al interés general. Estamos ante un reto de país. Libertad que no tiene nada que ver con esa otra que algunos defienden estos días desde las tribunas mediáticas: "Empieza la libertad". ¿Los empresarios oprimidos? No han conocido la vergüenza quienes afirman estas cosas. Y quienes no tienen pudor en despreciar y demonizar la función que realizan los sindicatos en una sociedad democrática. Me permito recordar en este punto que la función de los sindicatos desde la perspectiva constitucional no es únicamente la de representar a sus miembros.Cuando la constitución y la ley los invisten con la función de defender los intereses de los trabajadores les legitiman para ejercer la defensa de los derechos de la colectividad.Hay sentencias del Tribunal Constitucional. Que se las lean. Invitación extensiva a la senadora Cospedal que en su delirio anda queriendo arrogarse la representatividad de los trabajadores. Pero no estamos para frivolidades, ahora lo que nos interesa es ir al fondo del asunto: ¿que va a aportar esta nueva reforma laboral que hicieran las anteriores?
La reforma laboral en marcha es uno de los ingredientes principales del pack para salir reforzados de la crisis. Cuarto y mitad de reajustes en el complejo sistema de las relaciones laborales que se cimentan en el Estatuto de los Trabajadores. Los aspectos que conciernen a la reforma laboral estaban también presentes en la agenda de la Mesa de Diálogo Social, entre sindicatos y patronal. El gobierno que ha hecho bandera de la concertación social, de justicia es reconocerlo, ha puesto todo su empeño en alcanzar una reforma basada en el acuerdo. Pero la voluntad política no es suficiente si los agentes sociales hablan idiomas distintos. La principal divergencia entre sindicatos y la CEOE ha pasado por las causas del despido. Otros puntos de difícil convergencia han sido el plan de empleo joven y la ampliación de la modalidad de contrato de fomento del empleo. Todos coinciden en la prioridad de actuar sobre los jóvenes, un colectivo que supera el 40% de paro. Ahora estamos ante la sexta actuación global que se acomete sobre el marco de las relaciones laborales en la reciente historia de España. Todas las reformas anteriores han tenido repercusiones importantes como impulsoras de la creación de empleo, de la estabilidad y la calidad del mismo. Los cambios habidos se produjeron a partir del Estatuto de los Trabajadores que constituye el fundamento y pilar básico que regula las relaciones laborales en España. Desde su promulgación en 1980, se han sucedido las reformas de 1984, 1994, 1997, 2001 y 2006. Cada una abordó aspectos muy concretos que tuvieron incidencia en el mercado laboral, aunque no consiguieron atajar los problemas a los que hoy nos seguimos enfrentando: la dualidad y temporalidad del mercado de trabajo, la flexibilidad, el empleo de los jóvenes y la igualdad entre hombres y mujeres. En breve abordaremos la tramitación parlamentaria de esta nueva reforma con las miras puestas en una regulación mejorada que garantice los derechos de los trabajadores y, a la vez, en el interés general del país que necesita afrontar la difícil situación económica con el marco de relaciones laborales adecuado a esta coyuntura. Sindicatos como UGT ya se preparan para esta nueva fase con valiosas aportaciones al texto que aprobará el Gobierno. Si además sumamos un amplio acuerdo político, mejor para todos.

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