Para frenar esta tendencia, la ONU declaró 2011 año internacional de los bosques y la U.E. ha trabajado en un Libro Verde. ¿Y España? Como en medio mundo, la filosofía de protección de los bosques aparece relacionada con las ideas de conservación de la naturaleza. La primera figura legal data de 1916 y se arbitró para los Montes de Covadonga; ahora la protección de los espacios naturales es una prioridad de todos los gobiernos. Desde la entrada de España en la U.E., las actuaciones se han intensificado pero aún es llamativo el déficit. El último informe del Observatorio de Sostenibilidad nos cuenta que entre 2000 y 2006 hemos tenido una pérdida neta de 127.641 hectáreas de suelo forestal para la formación de aprovechamientos agrícolas y superficies artificiales; esto es, unas 18.000 has por año. Y para ilustrar gráficamente el problema revista GEO se hace eco de los bosques mejor y peor conservados mientras que WWF alerta del estado de deforestación. Me quedo con las propuestas de esta organización por su indudable impacto en nuestro tejido económico: una inversión de 4.000 millones de € en los próximos 30 años cambiaría la tendencia y permitiría la generación de 150.000 puestos de trabajo. Los beneficios a largo plazo serían incalculables. Necesitamos incentivar políticas públicas en todos nuestros ayuntamientos, diputaciones y Comunidades Autónomas para invertir la tendencia; y, por qué no, un marco legislativo favorable al mecenazgo privado que haga más eficaz esta empresa.
Foto: Mural año de los bosques en el CEIP Jardín Botánico. Mijas
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