domingo, 4 de octubre de 2009

Amor por la ciencia


22 años empeñados en el fomento de la investigación joven.


Ha ocurrido nuevamente, en la misma semana en que los medios airean las críticas a la posible reducción del presupuesto en Ciencia e Innovación para 2010. Se trata del Certamen de Jóvenes Investigadores, organizado por los ministerios de Igualdad (Instituto de la Juventud) y Educación (D.G. de Universidades), con la colaboración del CSIC (Innovación), la Universidad de Málaga y la Politécnica de Madrid. Los jóvenes participantes en esta edición aún no habían nacido cuando comenzó la andadura de este programa, por lo que es obligado felicitar a los organizadores por su constancia, valor escaso en los tiempos que corren. Persiguen despertar vocaciones investigadoras entre estudiantes de Enseñanza Secundaria, de Bachillerato, de Formación Profesional y de miembros de asociaciones integradas por jóvenes. Es una loable apuesta por la mejora la cultura científica reforzando la siembra del espíritu de la aventura investigadora que forma parte de los objetivos de nuestro sistema educativo.
La ministra de Igualdad, Bibiana Aido, presidió la apertura acompañada del astronauta Pedro Duque, un apóstol de la ciencia como diversión suprema y un estímulo para los 140 investigadores de entre 15 y 20 años que se han congregado en las instalaciones del CEULAJ en Mollina -Málaga- (por cierto, ministra, que ya le toca un repasito). No faltaron el vicerrector de la UMA, Juan A. Perles, el vicepresidente del CSIC, Juan José Damborenea y el subdirector Gral. de Universidades, José L. Hernández, que se comprometió a preparar un balance de este veterano certamen a través del cual podamos ver cuál ha sido la trayectoria de los miles de jóvenes investigadores que han pasado por aquí. Interesante, pero ¿por qué esperar hasta la 25ª edición? Esta manía por las cifras redondas...


Bibiana Aido alabó la creatividad y el espíritu innovador de la juventud española: "En la niñez, todos quisimos ser médicos y médicas. Peso sólo algunos lo fueron. En la niñez, quisimos ser astronautas pero sólo unos cuantos lo consiguieron. De aquí que resulte admirable cómo algunas personas mantienen vivo a perpetuidad el espíritu de la aventura intelectual. Y se hacen mayores, manteniendo la juventud". Yo quiero destacar hoy aquí también el papel que desempeñan los profesoras y profesoras que coordinan los proyectos que se han presentado. Los de esta edición y los de las 21 ediciones pasadas. Porque además de realizar bien sus tareas docentes son capaces de sembrar la semilla de la pasión por la ciencia entre sus alumnos y alumnas de manera totalmente desinteresada. Por amor a la ciencia y en el anonimato.

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