No procede relatar aquí los balances realizados hasta la fecha en aplicación de las leyes central y autonómica contra la violencia machista. Están publicados los de anualidades precedentes en la web del ministerio de Igualdad y abunda información estadística solvente comentada en la página del Observatorio de Violencia de Género. Pero puede resultar de interés conocer dos recientes iniciativas que Andalucía ha puesto en marcha en desarrollo de las leyes contra la violencia machista. La primera, la Comisión Institucional de Coordinación y Seguimiento de Acciones para la Erradicación de la Violencia de Género, que en palabras de la directora general del ramo en Andalucía , Soledad Ruiz, pretende hacer responsable a todos los sectores de una política coparticipativa, proactiva, y coordinar y liderar políticas complementarias entre sí; la segunda y más novedosa la puesta en marcha del primer sistema de notificación inmediata de órdenes de protección por violencia de género. Una innovación en esta materia que se denomina "punto de coordinación" y que fue presentado no ha mucho por las consejeras andaluzas de Justicia y de Igualdad, Micaela Navarro. Se trata de un sistema telemático que permite notificar de manera inmediata, y con carácter confidencial, las órdenes de protección de violencia de género entre los órganos judiciales y los organismos de asistencia y protección de las víctimas de malos tratos. El primer sistema telemático de este tipo que se ha creado en España desde una comunidad autónoma que viene a garantizar una mayor eficacia en las medidas de asistencia y protección de las víctimas coordinando la información de una manera segura y ágil. Precisamente para eso, para que funcione mejor la coordinación y tenga efectos inmediatos la orden de protección que viene regulada en la Ley 27/2003, cuyo objetivo fundamental es que mediante un sencillo procedimiento judicial, la víctima pueda obtener un estatuto integral que impida la libertad de movimientos y el acercamiento del agresor, y que, al mismo tiempo, le proporcione medidas de seguridad, estabilidad y protección jurídica a ella y a su familia.
Las nuevas tecnologías al servicio, también, de la guerra contra esta lacra que se resiste a abandonarnos. Son instrumentos que manifiestan una clara voluntad política de compromiso con las mujeres, la misma voluntad que venimos echando en falta en los dirigentes políticos que no creen en su potencialidad.
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