Un debate útil

Los debates del estado de la nación siempre tienen efectos. El de este año, además, ha sido especialmente útil: nos ha brindado la oportunidad de poner el freno a la tentación escapista y negacionista de la realidad a la que nos quiere conducir la derecha española. Y esta consecuencia ha tenido lugar. Es lógico que el gobierno esté razonablemente satisfecho con los resultados del debate y con los datos que arrojan las encuestas más fiables. El debate ha servido para lo que tiene que servir: ser un espejo donde podemos ver reflejadas nuestras aspiraciones como ciudadanos de un país con infinitas ganas de encontrar soluciones a los problemas que lastran nuestro crecimiento. La mayoría de los españoles nos hemos reconocido en un presidente del gobierno que en nombre de la responsabilidad ha plantado cara a los problemas, les ha puesto nombre sin eludir los más espinosos y a mostrado su disposición a dejarse la piel en el intento "cueste lo que me cueste".



La mayoría de los españoles también hemos podido ver reflejada en ese espejo la impotencia de Rajoy para constituirse en alternativa válida en la que podamos confiar. La derecha ha invitado por tres veces consecutivas a Zapatero a tirar la toalla, como si quisiera hacerle partícipe en alguna medida de su propia falta de coraje para dar la batalla a los jinetes que cabalgan sobre esta crisis. Han conseguido, por contra, dar mayor vigor al programa de reformas emprendido por este gobierno hasta el extremo de que hoy por hoy es la única hoja de ruta creíble y realizable. Frenos a la tentación de escapar. Frenos a la reiterada consigna para negar la evidencia, clamorosa evidencia que afecta por igual a todos los países de nuestro entorno. Frenos a la claudicación, un acostumbrado recurso ensayado con demasía en la historia de nuestro sistema liberal desde su nacimiento.
Y para ver reflejada también en el espejo del debate la imagen de unos responsables políticos comprometidos, esta semana vamos a debatir, enmendar y aprobar las propuestas de resolución consecuencia del debate. El grupo socialista ha presentado sus quince propuestas, donde no faltan medidas para impulsar el sector turístico, la imagen de España, la competitividad de nuestras pymes, una estrategia española de ciencia e innovación, la consolidación fiscal o la modernización de la justicia.
Y una más que interesante resolución sobre regulación financiera internacional, donde entre otras cuestiones proponemos: " Impulsar las reformas a nivel comunitario e internacional sobre un marco preventivo de gestión de crisis financieras, y en concreto, sobre la implementación de mecanismos que garanticen la adecuada contribución del sector financiero para sufragar los costes de la resolución de las crisis, reduciendo al mínimo la financiación pública de esos costes y el riesgo moral".
Propuestas para alcanzar acuerdos, respuestas beneficiosas a los problemas que nos señalan los españoles.