lunes, 27 de septiembre de 2010

La derecha contra el movimiento sindical

A la derecha en nuestro país le vale todo. Puede presionar durante meses a los sindicatos de clase para que convoquen una huelga general, y, a la vez, llevar a cabo el ataque más brutal contra el movimiento sindical que se pueda recordar en la actual democracia. Ha bastado que UGT y CCOO hayan mostrado la fuerza de sus organizaciones y su capacidad de movilización para que la derecha política del PP y sus terminales de opinión, en una especie de operación concertada de apoyos mutuos, no hayan resistido la tentación de atacar sus estructuras , saliendo en tromba contra ellos
Y es que a la derecha no le gustó esta movilización, por lo que se han unido para descalificar y poner en cuestión el papel y el sentido de nuestros sindicatos. El PP quiere acabar con el Gobierno socialista, pero no a costa del fortalecimiento de los sindicatos. Quiere el desgaste del Gobierno, pero también unos sindicatos domesticados y que se adecuen a sus intereses económicos. Quiere una economía sometida a los mercados financieros, lo que conlleva el recorte del Estado de Bienestar, pero para esa batalla necesitan acabar con el movimiento sindical actual, o al menos debilitarlo.

Porque de eso se trata: de debilitar a los sindicatos desprestigiando e insultando a los sindicalistas ante sus compañeros de trabajo, para generar la desafección hacia ellos.
No es el primer movimiento antisindical del PP. Ya antes del verano el mismo Rajoy propuso limitar las subvenciones a los sindicatos como parte del ajuste económico, y poco después Montoro reclamó que se prohibieran las huelgas generales. Es curioso que, cuando se habla de esto, nadie mencione las subvenciones a las organizaciones empresariales y se oculte también que los partidos tienen su apoyo económico público, como garantía precisamente de su independencia.

Pero una vez más ha sido Esperanza Aguirre, lideresa del sector duro del PP, del Tea Party de los populares españoles, quien ha marcado su línea política, con una iniciativa de ataque al movimiento sindical que ha generado frenesí en las derechas españolas; tomando como “chivo expiatorio” los liberados sindicales en la Comunidad de Madrid que ella pactó conforme a Ley.

Las mentiras con que se adorna este ataque a los representantes de los trabajadores roza la grosería, tratando de identificar a los sindicalistas liberados con vagos que no sirven para nada y únicamente son una rémora costosa para el contribuyente.
Conviene recordar que el papel de los sindicatos y de las organizaciones empresariales, está recogido en la Constitución española (artículo 7) y deja que la ley regule y garantice su funcionamiento. La figura del liberado está reglada en una ley tan importante como el Estatuto de los Trabajadores, que señala cuántos trabajadores pueden ser elegidos cómo representantes sindicales de acuerdo a la plantilla de la empresa.
Porque es que, además, confunden, nada inocentemente, lo que son delegados con liberados. De los casi 300.000 delegados, elegidos democráticamente en las urnas, muy poco están liberados, y los que lo están es porque otros compañeros suyos les han cedido sus horas. Es decir, que ninguno tiene privilegio alguno ni ‘roba’ a sus empresarios horas de más. Y a través de ellos, los sindicatos vertebran la negociación colectiva de doce millones de trabajadores y más de cinco mil convenios. En fin, son una parte fundamental de nuestro sistema.

Ante este ataque temerario y antidemocrático al movimiento sindical, un grupo de Diputados y Senadores socialistas queremos hacer público nuestro apoyo a los derechos de los trabajadores y de los sindicatos, pieza clave de nuestro sistema democrático como recoge el articulo 7 de la Constitución. Queremos apoyar su función en nuestra sociedad, como organizaciones de resistencia y de solidaridad de clase que defienden los derechos de los trabajadores frente a sus empresarios y también ante el Estado. Los sindicatos han construido una cultura de negociación y pacto colectivo en el ámbito laboral, con mejoras manifiestas de las condiciones salariales y de trabajo, pero también en cuestiones de política general -protección por desempleo, pensiones, dependencia, educación, sanidad- a través de la llamada concertación social, con acuerdos con Gobiernos de todo signo político. En nuestro país, como en Europa, no tendríamos Estado de Bienestar sin la acción reivindicativa de los sindicatos. Si la derecha utiliza el protagonismo sindical para atacarles y tratar de desactivarlos, nosotros mostramos el mayor de los respetos, nuestra solidaridad y nuestra disposición a seguir colaborando con ellos, porque estamos convencidos de que juntos continuaremos construyendo un futuro mejor para los trabajadores de este país.

Este es el sentir del grupo de 16 Diputados y Senadores socialistas de las Cortes Generales, entre los que hoy me incluyo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Desde Zaragoza, con mucho cariño:m a j a d e r o.

Luis Tomás García dijo...

En este caso, y sin que sirva de precedente, el cariño tiene billete de ida y vuelta. ¿Majadero es tu nombre?

Luis Tomás García dijo...

Romás Orozco ha escrito en El País:
"Están rabiosos y se les nota. Gracias al Ojo izquierdo, un blog indispensable para saber por dónde vienen los tiros (José María Izquierdo, en elpais.com), estamos al día de la ofensiva contra todo lo que se mueva en la izquierda. Estos días, además de a gais y a pelonas, han apuntado a los sindicatos.

A sus dirigentes les han dicho de todo. Al día siguiente de la huelga, estas son algunas de las lindezas aparecidas en los medios de esa derecha furiosa: matones vagos, gandules, mafiosos energúmenos camorristas, trileros, macarras... Uno les recomendó, ante el fracaso de la huelga, la soga en la buhardilla, mientras el exquisito Carlos Herrera resumía: "Que les den por donde el sol no brilla".

¿Se imaginan a ese batallón de plumíferos con mando en plaza, en un Gobierno del PP?"

Artículo completo en: http://www.elpais.com/articulo/andalucia/Pelonas/gais/piquetes/elpepuespand/20101007elpand_4/Tes