lunes, 4 de abril de 2011

Crisis y patrimonio

Los tiempos de crisis traen estas cosas.Con naturalidad asumimos que las apreturas económicas se saldan con mayores recortes en los capítulos culturales de los presupuestos. Cuentas públicas y privadas reducen sus inversiones sobre la idea equivocada de considerarlos gastos superfluos o prescindibles de manera coyuntural. ¿Se resiente el patrimonio cultural?


Se resienten algunos proyectos que deben esperar mejores tiempos y sufren modificaciones algunos otros que ya estaban en marcha. Pero, en su conjunto, las administraciones públicas competentes afinan para sacar el mayor partido de recursos menguados, y ello les permite mantener encendida la mecha. Consiguen que obras emblemáticas como la del Museo de Málaga sigan avanzando, habiéndose emitido ya certificaciones de obra que superan los diez millones de euros; o que las del Museo Arqueológico Nacional no se paralicen y se puedan abrir las dos primeras unidades a finales de este año. El secreto está en la gestión de los bienes culturales, de nuestro abundante y valioso patrimonio. Gestión de las CC.AA. en tiempos de crisis que en Andalucía, por ejemplo, permite a Paulino Plata, su consejero, anunciar la próxima intervención en el Convento de la Trinidad para crear en Málaga una sede administrativa del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. Y eficiente gestión la que lleva a cabo el Ministerio de Cultura, analizada estos días en el Congreso de los Diputados mediante la comparecencia de la directora general de Bellas Artes. Ángeles Albert, que así se llama la directora, nos ha informado sobre la mejor ejecución presupuestaria de este último año 2010: "Estamos en un 96,5% de ejecución presupuestaria. Se ha realizado una gestión cotidiana inmensa en cuanto a número de expedientes". España, que presume de ser una potencia en el ámbito turístico, es también una potencia cultural, sobre todo por su enorme riqueza patrimonial histórica y artística. Una evidencia contrastada en programas de documentación como el DOMUS, un sistema integrado de documentación y gestión museográfica que reune a 151 museos públicos y privados; o que se refleja en el joven CER, red digital de colecciones de museos, que en tan solo un año de vida ya cuenta con 70 museos y la incorporación de 123.900 bienes culturales.
Una buena gestión y el mantenimiento de políticas de éxito como la del conocido 1% cultural, donde no se ha producido reducción presupuestaria alguna. Por el contrario, se ha batido el record porque en 2010 se han aprobado 111 proyectos que sumados a los 50 provenientes de ejercicios previos suponen una inversión de 60 millones de euros.
Pero queda mucho por hacer, claro. La directora general de Bellas Artes, que desde su llegada al ministerio ha optado por trabajar en silencio, es consciente de que nos encontramos en un momento crucial en el que es urgente sumar esfuerzos y fortalecer la coordinación. Razón de más para que desde el grupo parlamentario socialista hayamos registrado, con fecha 25 de marzo, una proposición no de ley que camina en la dirección apuntada. Queremos impulsar la coordinación entre ministerios y organismos de la administración del Estado en las tareas de recuperación y conservación de nuestro patrimonio cultural. La actual situación de crisis económica ha limitado la capacidad de actuación de los organismos públicos y de entidades privadas en la protección, conservación e investigación en el patrimonio cultural. Esta incidencia es especialmente grave en áreas como la restauración arquitectónica o la conservación de obras de arte, que requieren a menudo de grandes inversiones. Por esta razón es necesario hacer un mayor esfuerzo de planificación y coordinación de las actuaciones, especialmente orientadas hacia la conservación preventiva, con el fin de conseguir los mismos o mejores resultados con la misma o menor inversión. Eficiencia en tiempos de crisis.

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