domingo, 17 de mayo de 2009
El amor merece respeto
La homofobia merece la condena social.
El 17 de mayo hemos celebrado el Día contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia. Una conmemoración que fue objeto de una proposición no de ley en el Congreso de los Diputados hace dos semanas instando al Gobierno a la declaración de este día como tal y al impulso de su reconocimiento internacional a través de la ONU, sumándose a la consideración de esta fecha como símbolo de la lucha por la igualdad de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales. El manifiesto de la FELGTB inscribe la importancia de esta celebración dentro del año 2009, como año de la diversidad afectivo-sexual, esa que se les ha atragantado a algunos en forma de asignatura de "Educación para la ciudadanía" y que recoge nuestra Ley Orgánica de Educación que aprobamos la pasada legislatura. Del mismo modo, también en la pasada legislatura, presenté en nombre de mi grupo a la Comisión de Educación una iniciativa que instaba al Gobierno a impulsar, en primer lugar, medidas conducentes a lograr el efectivo respeto en el sistema educativo de la diversidad afectivo-sexual, así como la aceptación de las diferencias que permita superar los comportamientos sexistas. Y, en segundo término, a fomentar y orientar actuaciones en los Centros educativos para fortalecer las capacidades afectivas del alumnado y el rechazo a toda forma de violencia y a los prejuicios que alimentan las actitudes homofóbicas. Fue aprobada a pesar del voto en contra de la derecha que argumentaba una fantasmal hoja de ruta de un tal "loby rosa", amén de un rosario de barbaridades del más puro estilo neocons. Les remito al diario de sesiones del 29 de mayo de 2006.
La aceptación de la homosexualidad en España, su visibilidad y el respeto a esta orientación sexual han crecido de manera evidente. Se trata de una consecuencia directa de la perseverante actuación reivindicativa de los diferentes colectivos de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales, que han contado con el apoyo explícito de los medios de comunicación y de las organizaciones en defensa de los derechos humanos. En sintonía con esta realidad, el Gobierno impulsó un proceso de ampliación de los derechos de ciudadanía a través de la reforma del Código Civil para la extensión del derecho a contraer matrimonio a personas del mismo sexo. El texto legal fue definitivamente aprobado por el Congreso y la entrada en vigor de la Ley 13/2005, de 1 de julio, ha significado un paso muy importante en la lucha contra la discriminación legal por orientación sexual y en favor de la normalización.
Pero la igualdad legal no es suficiente. Del mismo modo que la igualdad reconocida en las leyes no ha sido suficiente para acabar con la discriminación de las mujeres, la igualdad legal de las personas homosexuales y transexuales no garantiza la eliminación de las actitudes homofóbicas y transfóbicas, esas actitudes y comportamientos que se caracterizan por su aversión obsesiva hacia las personas cuya orientación sexual no se ajusta al patrón mayoritario.
Nadie podrá negar que la homofobia persiste y particularmente en los centros escolares y que sigue vivos numerosos prejuicios sobre la sexualidad en general y sobre la homosexualidad y transexualidad de forma específica. Las agresiones, los insultos, la burla, la humillación, las injurias que padecen muchos jóvenes y muchas jóvenes por su orientación sexual se alimentan de prejuicios que necesitamos desterrar. El mejor instrumento es el de la formación y la mejor etapa para aplicarlo se encuentra en la infancia y la juventud donde tienen lugar el aprendizaje de los roles de género.
El compromiso con los principios de igualdad de trato de las personas y de lucha contra las discriminaciones basadas en la orientación sexual está, por tanto, plenamente asumido por el Gobierno. ¿Lo está también por toda la sociedad? Ahora toca un nuevo paso hacia adelante: la anunciada Ley de Igualdad de Trato y contra la Discriminación llegará a la Cámara en pocos meses y abre un nuevo horizonte de esperanza para dotar a todas nuestros principios legales de herramientas jurídicas que sancionen y persigan a quienes atentan contra la dignidad de las personas discriminándolas. La ley luchará contra la discriminación por motivos raciales o étnicos, discapacidad, edad y orientación e identidad sexual. Y atenderá, por un lado, a la prevención y, por otro, a la puesta en marcha de políticas activas para perseguir las conductas discriminatorias, con la posible creación de la figura del fiscal especializado contra la discriminación.
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5 comentarios:
Estimado señor Tomás:
Le escribí hace unos días pidiéndole ayuda para un reportaje que estamos preparando sobre retórica parlamentaria. Supongo que el reciente debate sobre el estado de la Nación le habrá tenido ocupado. No sé si tuvo ocasión de ver el cuestionario que le envié. Se trata de siete preguntas sencillas que le llevará muy poco tiempo responder. Nos gustaría sumar su aportación a las que ya nos han ido llegando. Creemos que el reportaje tendrá más valor cuanto mayor sea el número de diputados y senadores que participan. Si a lo largo de esta semana nos pudiese enviar el cuestionario, le estaremos muy agradecidos.
Un saludo,
Yago González
Yago, no he podido ver el cuestionario pero cuenta con mi colaboración.
Saludos
Me parece muy oportuno que se proponga el día 17 de mayo como día internacional contra la homofobia; ese mismo día en 1990 (hace tan solo 19 años) que la OMS excluye de su lista de enfermedades mentales las relaciones homosexuales, además quisiera que no se olvidara que hoy en día son 7 países los que contemplan la pena de muerte para homosexuales, vamos una vergüenza. Pero, como bien dices, en España queda camino por recorrer; legalmente no es un problema, pero socialmente la cosa en bien distinta, mientras sigan existiendo comportamientos homófonos en las aulas, el trabajo, la calle…… no podremos decir que realmente hemos conseguido la igualdad plena. Un saludo y agradecer a este Gobierno por habernos hecho a TODOS bastante más iguales.
Sin duda se ha avanzado mucho en cuanto a derechos, y no podía ser de otra manera que de manos de las siglas que representas.
En cuanto a la sociedad, hemos de esperar que prime la buena fe de la misma, la bondad del ser humano, y las sucesivas generaciones que irán asumiendo la realidad jurídica, implantándola como realidad social.
Desde luego una gran parte de la construcción de la persona reside en la educación, otra en la familia (que estará sumergida ahora mismo en un proceso de cambio), y será muy interesante esa ley sobre discriminación. Lo que habría que evitar es que esa ley sobre discriminación pueda ser usada como herramienta para algunos desalmados, al igual que la ley sobre la violencia de género ha sido a veces (pocas) mal utilizada por personas a las que se dirige.
Un abrazo.
Anónimo, la realidad de España es la de una sociedad que ha evolucionado rápidamente en materia de derechos civiles. Y aunque no hemos sido capaces de erradicar la homofobia hay que reconocer que hoy somos referentes para muchos países de Europa y del mundo donde se persigue la homosexualidad. Ahora que se acercan las elecciones del 7J, esperamos mucho de una Europa más fuerte y unida que defienda la igualdad dentro y fuera de sus fronteras.
Adriano, gracias por el reconocimiento. Me enorgullece trabajar en un proyecto que lidera un presidente sensible a las demandas de la gente que lo pasa mal. Me gusta tu confianza en el progreso de las mentalidades de la sociedad. Aunque, te confieso que a veces la cruda realidad me abruma.
Un abrazo
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